Denunciemos la corrupción

25 de septiembre de 2009

Apreciable, Óscar:

Te escribo para que me permitas realizar una reflexión contigo referente al último de tus acontecimientos, en donde fuiste timado y cómplice al mismo tiempo.

El supuesto empleado de Sony que te hizo "el favor", por una corta lana, de hacerte válida la garantía vencida para la reparación de tu computadora es uno de los que gentilmente son llamados ladrones de cuello blanco. El pseudo empleado, el cual se disfraza de blanco cordero, suciamente se las ingenia para sacar ventaja de los beneficios que su empleador le otorga.

Ese feroz lobo o astuto coyote, que de aquí en adelante me referiré al tal por cual como “infame chacal”, abusa de su puesto, privilegios y confianza que su patrón le confía para hurtar, tranzar, estafar, burlar, etc., etc., a cuanto inocente se le cruza en su pernicioso camino.

Que importa si se trata de un conocido o un desconocido; de un compañero de trabajo o de un amigo; de un jefe o de un subordinado; de un proveedor o de un cliente; del padre o del hijo. El infame chacal solo trabaja para su beneficio; vacilando, fingiendo, mintiendo, embaucando y valiéndose de muchas otras argucias para apoderarse del bien ajeno.

Los magos del disfraz son difíciles de identificar, se presentan con una falsa amabilidad expeliendo, por la cloaca nauseabunda que tiene como boca, una sarta de palabrería con la finalidad de que sus incautas víctimas terminen enredadas y confundidas con las soflamas de su perorata falaz.

Me conmuevo y compadezco por tu desafortunado encuentro con aquel charlatán embustero, perverso mago del disfraz y la mentira, quién se atavió de pulcras túnicas para tenderte la mano en un momento de confusión en el cual te encontrabas.

Ahora que estás fuera de la trampa y lejos del alcance de ese ladino, espero tengas la claridad para identificar el deshonesto trato en el cual te viste involucrado.

Fortalécete, recupérate de la artera treta y acude a tus nobles principios para que en el futuro logres identificar a esos Judas infieles, hombres cuasi genuinos, apócrifos, que se enriquecen con el trabajo de los demás.

¡Denunciemos la corrupción!


Mis más sinceros saludos,
Luis Miguel.

Comentarios

  1. Amigo Mio. Tu Publicación me ha hecho reflexionar sobre la realidad en la que me vi envuelto y tal vez me considero complice de la situacion, victima o no de las circunstancias. Pero yo te hago la siguiente pregunta ¿ Será que siempre, cómo decian nuestros ancestros Aztecas, todo Bien se paga con un Mal ?. Yo creo que si porque me hizo un Bien pero estoy seguro que a larga yo le hice un mal. ¿ Me arrepiento? SI y tendré más cuidado en no volver a caer en este lodazal aunque mi necesidad sea grande. "El peor Error no es cometer Errores sino tratar de justificarlos". Gracias Amigo.

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