Oda a la amistad
No gozo con palmadas en la espalda,
ni mucho menos con coronas de laurel.
Me nutro de la aprovación sagrada,
al vencer el mal junto a Él.
Soy un soldado empuñando su espada,
haciendo el bien sin mirar a quién.
No importa si la amistad es amarga,
cuando me necesites ahí estaré también.
Cuando el mirar atrás te duela,
cuando el mirar adelante de miedo,
mira a tu diestra y siniestra
que a tu lado estaré combatiendo.
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